Las deudas, por más pequeñas que sean siempre van a representar una incomodidad, y más aún si estás desempleado. De hecho, una investigación realizada por la Universidad de Southampton y la Universidad de Kingston en Inglaterra en 2013, determinó que el 25% de los participantes que estaban endeudados tenían problemas de salud mental.
Es un hecho que nadie quiere estar endeudado, pero el estar cesante hace que tengamos que posponer el pago de nuestras deudas para resolver imprevistos de mayor importancia.
Sabemos lo problemática que esta situación puede llegar a ser, por eso estamos aquí para ayudarte. En este artículo te daremos 5 sencillas pero efectivas claves para que Alivies tus deudas y puedas recuperar la tranquilidad y tu paz mental.
Muchas veces creemos conocer a detalle cuales son nuestras deudas, pero sin esperarlo aparece algún acreedor reclamando un pago vencido complicando aún más tu situación actual.
Por eso como primer paso te aconsejamos que en una tabla de excel identifiques tus deudas por nombre, el monto adeudado, el tiempo que tienes de retraso, e inclusive el porcentaje de mora que debes pagar y las tasas de interés acordadas.
Mientras más detallada sea la información que coloques en esta plantilla mayor claridad tendrás al momento de priorizar.
Es importante que controles con mano de hierro el dinero que aún queda en tus cuentas, por lo que debes hacer un presupuesto de emergencia mensual, en el que solo se prioricen los gastos vitales, comida, transporte, servicios.
Esto te permitirá conocer cuánto dinero te quedará después de cubrir los gastos básicos y con base a esta información armar un plan de pagos.
Además de esto también puedes hacer un recorte de gastos, eliminar suscripciones que no sean necesarias para tu vida diaria, no hacer compras compulsivas o adquirir productos de precios elevados.
Una buena estrategia es ponerte en contacto con el o los acreedores de tu deuda, hazle saber de tu situación actual de desempleo, pero que quede clara tu disposición de ponerte al día con lo adeudado. Este encuentro les permitirá llegar a un acuerdo de pago, donde se contemplen cuotas o descuentos por próximos pagos, eso te ayudará a estructurar el gasto mensual que debes destinar a cumplir con esas responsabilidades.
Estos acuerdos pueden ir desde renegociar la deuda o refinanciar con otro préstamo. Lo importante es que en cualquiera que elijas, se fijen plazos y cuotas reales, conforme a tu plan de gastos de emergencia y tus proyecciones laborales a futuro.
Con el excedente que te quede después de haber realizado tu presupuesto de emergencia, puedes abonar o pagar las deudas más pequeñas. Hacer el pago mínimo de la tarjeta de crédito.
Mientras logra encontrar una nueva oportunidad laboral, puede evaluar fuentes de ingreso más a su alcance para ir cubriendo las deudas y así evitar que los intereses crezcan.
Por ejemplo, haga un inventario de todos sus bienes y en caso de que su situación de cesante se extienda, evalúe cuál de ellos puede vender para solventar la deuda.
Otra alternativa y quizás la más común es el seguro de desempleo, este mecanismo de protección permite a los desempleados acceder por cierto lapso al ahorro de su pensión, pago de la cuota de subsidio familiar, contar con el servicio de salud, entre otros, el alcance de esta herramienta varía de acuerdo al país.
Recuerda que un día después de la fecha de pago, el banco comenzará con las gestiones de cobranza, días después suspenderán tu tarjeta de crédito hasta que pagues aunque sea el monto mínimo.
Las llamadas de cobranza iniciarán un mes después que entraste en impago. Posterior a esto enviarán tus datos a los despachos de cobranza y el buró de crédito.